In amistad, proximidad

Un grupo de mujeres recortando peces de cartón para completar las guirlandas de la calle más transitada del pueblo, tres jóvenes ensayando con sus instrumentos para protagonizar el concierto de la tarde en la iglesia y más de decenas de coetáneos -integrados por oriundos y veraneantes que suben a este rincón del Pallars durante todo el año- cuelgan con orgullo el cartel de la Fiesta Mayor.

Tengo el privilegio de pasar mis vacaciones, también las estivales, en la Pobleta de Bellveí, un pequeño y relajado pueblo de la Vall Fosca, en el Pallars Jussà, en el Pirineo de Lleida, con cerca de 200 habitantes censados y que durante el mes de agosto incrementa notablemente su población.

A lo largo del año, la Pobleta destaca por su dinamismo, el afán para celebrar encuentros, ferias y actividades para todos sus vecinos. Pero el punto álgido del verano llega a mediados de agosto, con la Fiesta Mayor: cuatro días de diversión que sirven para unir vecinos, también los de los pueblos colindantes, con veraneantes, curiosos y familias con niños.

La agitación sustituye por unos días la tranquilidad del pueblo. Una de las claves de la diversión de la Fiesta Mayor es la comisión de fiestas, en la que, a diferencia de otras localidades, donde hay una participación directa del gobierno municipal, está integrada por personas jóvenes que aseguran el éxito y la participación en todas las actividades.

Juegos infantiles, conciertos, concursos de butifarra -la afición por los naipes une en una sola mesa a nietos, hijos y padrins (abuelos)-, carreras para jóvenes y niños, partidos de fútbol masculinos y femeninos entre solteros/as y casados/as, cine a la fresca, bailes y música variada hasta la madrugada.

Los jóvenes de la comisión de fiestas crean, organizan y gestionan actividades pensadas para todas las edades, sin exclusiones, y lo hacen con una gran participación, con ilusión y entusiasmo, pensando en el disfrute de todos.

Más allá de buscar su propia diversión, de la cerveza a doquier y de disfrutar de la música hasta que el cuerpo aguante, apuestan por destinar unas horas de su tiempo para buscar la diversión de todos y mantener las tradiciones, aunque siempre incorporando novedades año a año.

¿Cuál es la clave del éxito? El Ayuntamiento facilita el utillaje, el escenario, las mesas, las sillas o las barras, pero la autogestión y dejarlo en mano de los más jóvenes es el secreto.

Es la generación de los selfies, de las redes sociales y, en ocasiones, del postureo. A veces parece que estén absolutamente desconectados del mundo que les rodea, también del futuro, pero ¿y si confiáramos más en ellos y en su capacidad de generar pequeños cambios? Puede que nos sorprendieran.

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