In ciudad, salud, solidaridad

Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar la conferencia que la Dra. Victoria Camps dictó bajo el título ‘Ciudades que cuidan, ciudades humanizadas’. Un lujo, un verdadero lujo poder escucharla en directo. Dejó muchas reflexiones encima de la mesa, muchos titulares, y todos girando alrededor del cuidado.

Ese valor que ha emergido con potencia después de la pandemia, y que, en palabras de la Dra. Camps, se ha conseguido poner en la agenda política en España. El cuidado como un derecho fundamental más, que implica un deber, el deber de cuidar.

Una sociedad que no cuida a las personas más vulnerables, más frágiles y más necesitadas no debería llamarse sociedad. Pero, ¿Cuál es el verdadero valor del cuidado? ¿Por qué cuidar es importante para nosotros y para la sociedad?

Cuidar a un familiar, a un vecino, a un amigo implica transmitir amor, apoyo y escucha; ofrecer en ocasiones consuelo, ser un punto de referencia y seguridad, ofrecer orientación y apoyo emocional a quienes lo necesiten o simplemente responder con compasión a la necesidad de una persona. Además, el cuidado también ayuda a construir relaciones saludables entre las personas, y son fundamentales para nuestro bienestar emocional. Cuando somos cuidados y nos cuidamos entre nosotros, nos sentimos protegidos y acompañados, lo que contribuye a construir relaciones estables con los demás.

La Dra. Camps aseguraba en la misma conferencia que las ciudades “deberían ser capaces de crear círculos virtuosos: personas que con su ejemplo contagian a los demás de cómo hay que comportarse” Y ese es el reto que tenemos como sociedad, convertir nuestras ciudades en ciudades que cuidan.

Ciudades que cuidan es un movimiento que ha ido ganando impulso en todo el mundo. El concepto que subyace a las ciudades que se preocupan es sencillo: los municipios, ciudades y pueblos deben asegurarse de que todo el mundo tenga acceso a una buena educación, atención sanitaria y social y seguridad. Éstos son sólo algunos de los muchos beneficios de los que se puede disfrutar viviendo en un municipio que se preocupa de cuidar.

El movimiento no ha dejado de crecer en los últimos años y ahora hay muchas poblaciones que lo han incorporado en su agenda política y social. Desde la Fundación Mémora se lleva trabajando ya hace unos años en difundir la cultura de la solidaridad. El proyecto ‘Ciudades que cuidan’ se ha convertido en un modelo que pueden utilizar las ciudades para construir una sociedad que avanza hacía la compasión. Recientemente ha presentado el Sello Ciudades que Cuidan, un reconocimiento que anima a las ciudades a priorizar el cuidado, inspirándolas a formular políticas que beneficien a todos los ciudadanos.

A pocas semanas del inicio de la campaña electoral para elegir a nuestros futuros alcaldes y alcaldesas deberíamos poner en nuestro radar a aquellos candidatos o candidatas que nos quieren cuidar, y no sólo los días previos al 28 de mayo. Tendrán por delante 4 años para que les analicemos, les exijamos y les recordemos que las promesas electorales se deben cumplir.

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