In cuidador, profesionales, salud, vida

Una foto de un caldo humeante preparado para compartir, pero en este caso, no para la familia más próxima, sino para los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores y mujeres de la limpieza con los que trabaja durante la noche o el Día de Navidad. Es la imagen que un enfermero de un centro de urgencias de atención primaria que abre las 24 horas ha colgado recientemente en su perfil de Twitter. 

Es la medianoche en Nochebuena y Fernando se apresura a recoger las hojas secas del arcen y de bolcar el contenedor de carton en el camión de la basura. Esta noche, como otras tantas -ya ni se acuerda- trabaja con su compañero de fatigas. Los dos tienen familia, pero ya se han acostumbrado a vivir otras Navidades. El trabajo es el trabajo y hay que llegar a final de mes. 

Mario vive cerca del Montseny y estas Navidades como casi todas las trabajará como camarero en el restaurante. Este año, para Navidad y Sant Esteve, las mesas están reservadas con meses de antelación por familias que se reencontrarán como mínimo una vez al año para compartir o rendir tributo a la tradición. A él le gusta trabajar los días señalados para poder disfrutar de la calma de hacer fiesta los días en que media humanidad sale apresurada de casa, para coger el metro, el tren, el coche, el bus y salir de camino a la oficina. Es su pequeño premio secreto.

Ana no acabó sus estudios, pero encontró una salida para trabajar que curiosamente le llena por dentro. Cuida a Berta, esta señora de 83 años que desde hace un par de años está ingresada en una residencia. La peina, la acomoda en la cama, da paseos con la silla de ruedas y le habla, aunque apenas la reconoce y no la entiende. Esta tarde de Navidad la pasará con ella, las dos solas en su habitación, después de que la familia le haya entregado los regalos en la visita de rigor.

Y así hasta el final. Joan, del cuerpo de bomberos, Fina, la mujer que levanta la panadería a las cinco de la mañana, Mario, el policía, Montse, la farmacéutica, Serafín, el piloto de avión, Mònica, la periodista, Sonia, que trabaja como voluntaria en el Teléfono de la Esperanza o Miquel, del cuerpo de seguridad.

Un crisol lleno de todos estos hombres y mujeres que hoy, mañana y pasado conforman la otra cara de la Navidad. ¡Felices fiestas a todos!

 

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Showing 2 comments
  • Gemma
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    ‘’Visibilitzar els invisibles dels nostres ulls nadalencs’’, quin gran regal!!!!!! Gràcies.

  • Joan Manuel
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    Un altre visió del Nadal, gens menys entranyable i molt real. Sempre tant sensible, Bon Nadal, amic.

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